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domingo, 27 de marzo de 2011

Periodistas sin titulación y titulados sin trabajo

Siempre estoy hablando del nuevo periodismo, de los nuevos medios, de los nuevos formatos, de la red de redes, de la actualización, hipertextualidad, participación, de la verdad, de la empresa periodística…, pero ¿qué pasa con los periodistas?, ¿están también en crisis? Sí. Los periodistas también han experimentado un cambio considerable a la hora de desarrollar su oficio. Como siempre, estas conclusiones parecen muy tajantes y pesimistas. Pues bien, tajantes sí, pesimistas no.

No se debe ser pesimista ante el nuevo tipo de periodismo (ni tampoco en el resto de esferas de la vida), sino estar preparados para lo que pueda pasar, con una predisposición positiva al cambio, más que nada porque éste es innevitable, así que mejor será estar de acuerdo y avanzar con los cambios que criticarlos y no adaptarse a ellos. Voy a intentar situarme dentro del contexto que provoca estos cambios en la figura del periodismo.


Del papel al teclado
Por un lado tenemos el paso del trabajo impreso al digital, lo que supone una variación del modo de escribir. Ya he comentado varias veces las diferencias entre la escritura impresa y la online así que no me voy a extender en esto. Por otro lado, la aparición del periodismo cívico, que después daría paso al periodismo participativo y más tarde al periodismo ciudadano, ha provocado una crisis interna dentro del mundo del oficio del periodista. ¿Hasta qué punto hay diferencia entre periodistas y personas anónimas?, ¿Cuántas desigualdades existen entre el modo de escribir de un periodista y un aficcionado sobre un tema? En ocasiones ninguna. La diferencia más sustancial es el medio de publicación. El periodista sigue apareciendo en medios tradicionales y en otros medios online de cierto “prestigio”, mientras que el usuario de a pié aparece en foros, blogs o comentarios de esos espacios periodísticos.

De todos modos esto tampoco es real del todo (y no es que os esté engañando), sino que han aparecido portales en internet mediante los cuales los propios ciudadanos crean la información. Ante esto ya cuesta encontrar las diferencias.

Pero que no cunda el pánico, el periodista ha de utilizar su experiencia y sus conocimientos para darle una profundidad a la noticia que el usuario de a pié no siempre tiene a su disposición, y ha de aprovechar las posibilidades que el medio le aporte. Mejorar la calidad de la noticia, de detalle, no es ninguna tontería, de hecho no beneficiaría sólo a los periodistas sino al periodismo en general, y más en su actual contexto de crisis. La clave es la adaptación. Aunque el medio convencional siga marcando la pauta, el periodismo avanza y no espera a nadie.

La democracia digital trae consigo una serie de fenómenos que ayudan a igualar a los periodistas con los ciudadanos, pero serán los periodistas los que se encarguen de eliminar estas igualdades. No luchando contra ellos, todo lo contrario, han de colaborar con ellos, aprovechar sus contenidos, sus fuentes, coexistir y beneficiarse, y mediante su trabajo demostrar una calidad de la noticia. Tampoco es de extrañar que personas sin titulación de periodista trabajen de ello, hasta hace bien poco ni siquiera existía la carrera universitaria como tal sino que era un oficio de ascensión, como muchos otros. Si estás interesado en el fenómeno de la democracia digital, investiga por el blog o consulta fuentes externas como la siguiente:


El nuevo especialista ha de tener un amplio abanico de conocimientos, más que saber mucho de una temática. Abogados, científicos, psicólogos, podrían desempeñar mejor que nadie esta función de especialización, y tampoco es malo que el periodista se especialice, pero tal y como están las cosas es mejor tener un conocimiento más amplio y general, que sólo saber abordar un tema concreto.

El surgimiento de este nuevo tipo de periodismo “no oficial”, surge de la manipulación y control sobre los medios de comunicación, y las aspiraciones de los usuarios a encontrar información veraz y de profundidad, como en el caso de Wikileaks.
 Son también importantes otros fenómenos como Anonymous, que es una representación de muchos usuarios de la red, organizados de forma horizontal y que actúa de forma anónima y coordinada. La organización de este grupo es similar a la que creó la red, una estructura sin líderes ni personajes destacados en la que todos los usuarios tiene potestad de decisión, al igual que en una democracia.

De este modo, la democracia digital no se debe plantear como un atacante a la figura del periodismo, sino como una ayuda a la hora de efectuar su necesaria transformación.

Aquí podéis ver un vídeo de un mensaje de Anonymous, para que os hagáis una idea de como actúan y qué es lo que buscan:



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